Cuando Juan tenía cinco años, la maestra del Jardín de Infantes pidió que los niños dibujaran alguna cosa que amaran mucho. Juan dibujó a su familia. Después, trazó un gran círculo con lápiz rojo, en torno a las figuras. Deseando escribir una palabra encima del círculo, se levantó de su mesita y fue hasta el escritorio de la maestra y le preguntó:
- Seño... cómo se escribe...?
Ella no lo dejó concluir la pregunta. Le ordenó volver a su lugar y no interrumpir más la clase.