La vida es más grande o más pequeña según las ganas que le eches y el amor que le pongas. Tiene una forma u otra, según la limes, la moldees y la vayas amasando. Los frutos no son los mismos para todos: cada uno nace con la semilla que debe desarrollar y cultivarla bien lleva al éxito.
No envidies la de nadie, porque en todas se puede dar anchura, espacio y plenitud. En todos los campos hay malas hierbas, sequías, tramos pedregosos, arenosos, inseguros, pero en ninguna falta un rocío diario, un sol que caliente y una lluvia que nutra. Dios te saca del apuro… ¡sólo necesitas echarle ganas!