Recuerdo que antes de que yo naciera, me preocupaba que no conocía el mundo al que llegaría. Entonces le pedí a Dios instrucciones para vivir en esta tierra. Dios acercó su voz a mi oído y me dijo:
Sé como el sol. - Levántate temprano y no te acuestes tarde.
Sé como la luna. - Brilla en la oscuridad, pero sométete a la luz mayor.