Los Wemmicks eran gente pequeña hechas de madera. Todos estaban tallados por un artesano llamado Elí. Su taller formaba parte de una colina con vista a la villa.
Cada Wemmick era diferente. Unos tenían grandes narices, otros grandes ojos. Algunos eran altos y otros bajitos. Algunos usaban sombreros, otros abrigos. Pero todos eran construidos por el mismo artesano y vivían en una preciosa villa.
Todos los días, cada día, los Wemmicks realizaban la misma tarea: se regalaban etiquetas unos a otros. Cada Wemmick tenía una caja de etiquetas de estrellas doradas y una caja de etiquetas de puntos grises.